Uno de los instrumentos más eficaces que existen hoy en día para limpiar el agua es un filtro de carbón activado. Calentando el carbón a temperaturas extremadamente altas, se produce carbón activado en forma de polvo muy fino. Debido al cambio estructural, este procedimiento se denomina "activación" del carbón. Su superficie aumenta a medida que disminuye el número de agujeros. Estos minúsculos poros, que filtran el agua, pero atrapan la mayoría de las bacterias y virus presentes, impiden el paso de microbios nocivos.
La capacidad del carbón activado para adsorber sustancias es su principal característica. Cuando se activa, mejora su capacidad para retener diversos organismos y contaminantes presentes en el agua. Por ello, estos filtros de agua para casa son una de las mejores soluciones para purificar el agua. La cantidad de productos químicos en el agua se reduce drásticamente como resultado de este tipo de filtro.
Es importante saber que para purificar el agua no solo se necesita este filtro, sino para proporcionar agua potable pura, este debe formar parte de un purificador completo. Los filtros solamente deben utilizarse como un paso adicional en las distintas fases de la filtración del agua. Por tanto, para consumir realmente agua pura, este debe formar parte de todo un sistema.
¿Para qué sirve?
En principio, un filtro de carbón activado contribuye a la filtración del agua. Mediante una serie de pasos, se eliminan del agua las sustancias químicas peligrosas a lo largo de este procedimiento. Al igual que los filtros de arena, estos retienen las impurezas a medida que pasan a través de ellos, con la ventaja añadida de que retienen cosas diminutas en sus poros. Se utiliza sobre todo para eliminar el cloro, otros compuestos orgánicos y cualquier olor o aroma que pueda tener el agua.
Este ofrece dos pasos de filtración. Dado que se retienen las partículas como la suciedad, la arena o los insectos que pueda haber en la tubería, se potencian el sabor y el color del agua y se erradica el sabor a cloro. La plata coloidal es el siguiente paso donde se retiene el 99,9% de los microorganismos del agua. Al estar compuesta por nanopartículas de plata que permanecen suspendidas en el agua destilada, se cree que esta sustancia es un potente antibiótico y se ha utilizado para tratar diversas dolencias desde la antigüedad.
